En Venta Directa creemos que todo el mundo que respira puede ser nuestro cliente y puede comprar nuestro producto porque le va a entusiasmar tanto como a nosotros.

Por lo general en el sector de la Venta Directa, una persona que decide desarrollarse en el mismo, en sus inicios se siente entusiasmado con el producto que consume y con la oportunidad que ofrece al dedicarse a introducirlo a otros, pero nada más. El resto es una carrera guiada por la Compañía y por su patrocinador en la que tendrá que ir avanzando mientras se habilita para la comercialización, eso sí, ganando sus primeros ingresos, que no es poco.

Si entendemos que la comercialización es el proceso por el que se ha de pasar para producirse una venta, un Distribuidor debe aprender a comercializar su producto para fluir de una manera más efectiva y no encontrarse con frenos de este tipo. No basta con vender el mejor producto del mercado, además, hay que saber venderlo. ¿Cómo podemos ayudar a los que empiezan?

Probablemente en tus inicios te hayan indicado que realices una lista de al menos 30 nombres de tu círculo más cercano con la que estrellarte en esa primera etapa y así no puedan condenar tu falta de conocimiento y con ello evitar primeras frustraciones que terminen con tu iniciativa.

Yo diría que esto es una buena manera de empezar a memorizar tu argumento de introducción y es necesario para tu aprendizaje. Ahora bien, debes de contar con que muchas de las respuestas positivas que te salgan en esa etapa, se deben a tu cercanía con ellos, pero no a tus habilidades como vendedor. Según te vayas afianzando más, entrarás en la necesidad de encontrar nuevos nombres a quien dirigirte y con ello aumentar las posibilidades de encontrarte con “Déjame pensarlo”, “No tengo tiempo”, “Es que yo, no se vender”, etc.

Tal como decía al principio, no todo el mundo que respira es tu cliente idóneo. Y más tarde o más temprano, si deseas triunfar en esta profesión que tanto ofrece, debes tratar de identificar a tu cliente potencial y así encontrar más respuestas en positivo en vez de frenos como los que menciono.

¿Y quién es tu cliente idóneo? Tu cliente idóneo, tiene una edad, madura o joven, es mujer o hombre, con un nivel social y económico definido. Tiene un problema, un dolor, una pasión, un estilo de vida, etc.

Te propongo juegues con tu lista de nombres y subraya quien es tu cliente idóneo entre todos. Seguro que encuentras más de 5. Analiza cómo mejora tu resultado de éxito. Hoy en día y gracias a las Redes Sociales, podemos encontrar nuestro cliente idóneo más fácilmente y en mayor número. Contactar con él con un mensaje corto y acertado. Pero de esto, ya hablaremos en otro post.

Cuando tengas definido el perfil de tu cliente idóneo, podrás identificar cuál es tu nicho de mercado, dónde se encuentra y definir tu plan de actuación sobre ellos de una manera más efectiva y evitar frases como “Déjame pensarlo” porque no habrá tanto que pensar. El beneficio que aporta tu producto será más fácilmente asumido y con ello se producirá la venta.

Laura Gil
FC Formación y Consultoría para la Venta Directa

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