En Venta Directa, a pesar de que el Distribuidor es consumidor del producto que distribuye en la mayoría de los casos, y por ello capaz de transmitir mucho entusiasmo, también se encuentran con frenos ante muchos clientes idóneos.

Me animo a recordar que un cliente idóneo es aquel que cumple con las características al completo que definen al potencial comprador en cuanto a edad, sexo, estilo de vida, nivel económico y social, etc. El caso es que, cuando llega el momento de firmar el trámite que confirma el compromiso, nuestro cliente idóneo utiliza una frase que nos niega la continuidad.

¿Por qué?

Si entendemos la respuesta, probablemente consigamos entrenarnos en el camino hacia la conversión del SI. Me animo a definir varias razones posibles:

• Tienden a retrasar las decisiones no prioritarias.

• Comprar algo cuesta dinero y no quieren equivocarse en la decisión.

• Deben lealtad a otros.

¿Cómo podemos reinvertir estos frenos?

En primer lugar tenemos que entender que si no se cierra este trámite AHORA, ya no habrá más posibilidades con ese potencial comprador. ¿Cuántas veces te ha pasado a ti, que te han ofrecido algo que necesitabas y no insistieron en ese momento o le convenciste para que te dejara pensarlo y nunca más volviste a ello?

¡Cual soldados a la orden deberíamos colocarnos en posición “a la carga” tras el grito del superior! Hay que aprovechar esta única oportunidad frente a un cliente potencial. No podemos dejar que se nos vaya tras haber estimulado su interés. ¿No crees que vale la pena intentarlo con todas tus fuerzas? No temas, no te retirará la palabra. Eres el que le resuelve su problema.

Si pretende tiempo porque no es el momento de tomar la decisión dado que no es prioritario, prueba mostrarle los beneficios y la satisfacción que ofrece tu producto INMEDIATAMENTE. Hazle ver que mañana mismo puede ya disfrutar de los beneficios: ¿Por qué esperar a mañana si hoy puede empezar a disfrutar de los beneficios y dejar de sufrir las carencias al no tenerlo?

Si lo que siente es miedo de equivocarse en la decisión, prueba a mostrar con seguridad la satisfacción de los clientes que ya están usándolos o lo tienen para darle garantías. Para ello, estate siempre preparado.

Y si lo que le sucede es que debe lealtad a otro que ya le presentó el producto, lo mejor es que primero indagues, en la medida de lo que te lo permita, de quien se trata. Y segundo, adoptes un enfoque de colaboración y no de confrontación con el nombrado, dando así los primeros pasos para resolver el problema. Quién sabe, quizá vea en ti un asesor más conveniente.

Laura Gil
FC Formación y Consultoría para la Venta Directa

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